Sobre mí

El Yoga y la Terapia de Polaridad entraron en mi vida hacia el año 2004, pero no fue hasta el año 2014 que decidí abrir el centro de yoga y terapias naturales EL BUIT, ubicado en Puig-reig, el Berguedà.

En aquella época, cuando descubrí el yoga y la Terapia de Polaridad, mi vida era un auténtico caos. En consecuencia, yo también lo era. Supongo que, de manera poco consciente (nada era demasiado consciente entonces), estaba buscando algo que pudiera ayudarme a encontrar el equilibrio que tanta falta me hacía.

Recuerdo que, al cabo de uno o dos años de haber empezado a practicar yoga y después de recibir varias sesiones de polaridad, un amigo me dijo:

“¿Qué estás haciendo? Te encuentro diferente… como… más tranquila.”

Y es que, realmente, estas dos herramientas provocan cambios reales a todos los niveles.

Físicamente, recuerdo estar sufriendo dolores de espalda y cervicales que no me permitían estar sentada cómodamente en postura de meditación. Hoy en día, aunque ya no soy tan joven como entonces, mi cuerpo se ha liberado de esas tensiones y, en cierto modo, ha rejuvenecido.

Ahora, cuando escucho a personas justificar sus dolores por la edad, pienso: “No siempre es así; hay mucho por hacer”. El Yoga y la Terapia de Polaridad son dos grandes herramientas que pueden ayudarnos a liberarnos del dolor físico, mental y emocional.

Hoy me siento profundamente agradecida por tener la posibilidad, a través de mi trabajo, de compartir estas herramientas con otras personas. Para mí, es un trabajo de servicio a los demás muy hermoso y que me hace sentir llena.

La enseñanza que recibimos del yoga es amplísima. Pronto comprendí que no todo se reduce a hacer asanas una vez a la semana con un profesor o profesora. Si realmente queremos ver grandes cambios, es importante incorporarlo a la vida diaria poniendo más conciencia a todo lo que hacemos, sentimos, pensamos, expresamos, vemos, leemos, escuchamos, necesitamos, deseamos y proyectamos.

A través de la Terapia de Polaridad, aprendí que:

LA VIDA NO ES COMO TE LA DAN, SINO COMO TE LA TOMAS.

Hoy en día, la vida sigue siendo un batiburrillo de experiencias que ponen a prueba mi equilibrio. Pero ahora tengo más herramientas para enfrentarlas sin dejar que la corriente me arrastre golpeándome de un lado a otro del río. Ya he aprendido a nadar.

Si algo han hecho en mí el yoga y la Terapia de Polaridad es permitirme ser un poco más LIBRE, más FELIZ y más FUERTE. Seguiré practicando y viendo hasta dónde me llevan.

Eva Carreras
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